FECHA
2005 – 2007
ARQUITECTOS
Francisco Lacruz, Alejandro San Felipe
COLABORADORES
Marie Claude Tourillon, Antonio Castanera
LOCALIZACIÓN
Biescas. Huesca
CLIENTE
Altotur S.L.
SUPERFICIE
3.600 m2
abril 03, 2020
FECHA
2005 – 2007
ARQUITECTOS
Francisco Lacruz, Alejandro San Felipe
COLABORADORES
Marie Claude Tourillon, Antonio Castanera
LOCALIZACIÓN
Biescas. Huesca
CLIENTE
Altotur S.L.
SUPERFICIE
3.600 m2
Situado al pie del Pirineo, en el límite del municipio de Biescas con los campos de cultivo, se encuentra este hotel de 4 estrellas cuyo edificio en forma de “L” invertida ha permitido liberar los espacios no edificados a ambos lados del brazo de acceso, creando al sur una zona ajardinada a la que se abren la mayoría de habitaciones. El otro brazo se ha fragmentado en diversas piezas desplazadas entre sí, siguiendo la geometría de la parcela en su parte norte y dando continuidad a la característica trama urbana del lugar.
Por otra parte, la planta se ha configurado para establecer una prolongación tanto visual como espacial con las zonas comunes situadas en planta baja, así como con los jardines-patio situados a ambos lados del brazo de acceso que acompañan al visitante hasta el vestíbulo. El recorrido exterior solo se ve interrumpido por el volumen de escaleras, que, junto con el porche de entrada, marca el acceso a la recepción del hotel.
Entre los bloques de las habitaciones se construyen unos volúmenes de vidrio que conectan visualmente los espacios interiores de comunicación con el núcleo histórico de Biescas.
Uno de los retos del proyecto desde el inicio ha sido la inserción de un programa extenso de alojamiento y restauración en un núcleo rural construido en el tiempo a base de pequeñas edificaciones. El factor escala ha sido determinante en la fragmentación de la volumetría en pequeñas piezas en fondo y altura desplazadas entre sí, junto a la localización de los usos de restauración en el subsuelo iluminados desde los patios ajardinados.
El espacio del vestíbulo y las zonas de estar se configuran alrededor del hogar tradicional de la casa pirenaica que mediante un proceso de abstracción se convierte en un volumen tallado de piedra con un fuego abierto a tres caras.
En cuanto a los materiales, se ha optado por los tradicionales de la zona –piedra caliza gris, madera de pino y pizarra negra–, pero rehuyendo su carácter pseudotectónico. En este sentido, para que se aprecie su función de cerramiento, así como la tectónica del hormigón, se ha reflejado en fachada la no continuidad vertical ni horizontal de los revestimientos y se han marcado los planos horizontales del forjado de hormigón. De la misma manera, la piedra caliza no se ha manipulado en obra y mantiene el corte inicial de la cantera, evitando así la imitación de los antiguos muros de carga.